28 diciembre 2011

Conspiración contra el presente

Hemos construido un mundo que tiene mucho que ver con ese niño raquítico y desamparado del cuadro de Botero. La mamá enorme, de proporciones colosales, parece proteger a su criatura, pero en el fondo no quiere que crezca: el niño debe ser frágil y manejable en las manos que le amparan. Al lado está el padre, poderoso y controlador, como una esfinge invencible dominando toda posibilidad de perspectiva en el árido paisaje.
Siento que ese niño es el presente que hemos elegido vivir. Un presente canijo y lastimero falsamente protegido por una madre hinchada y acaparadora a la que llamamos pasado. El futuro es la otra fantasmagoría que cobra vidas ante nuestros ojos. Si la madre nos recoge en su seno engatusándonos con  su mortifero calor, el futuro es la figura soberbia y venerable  a la que debemos obedecer y admirar.  
Figuras inmensas y vacías fruto de un presente que ha decidido huir de si mismo, abandonar su responsabilidades y dejar que otros tomen la palabra y la vida.
Creo que la clave para una existencia más dichosa estriba en romper con estos espejismos que hemos  creado y permitir que nuestro presente se desarrolle.
No, amigos, nunca hubo pasado, nunca habrá futuro. Ellos solo son producto de nuestra imaginación y de nuestro pensamiento, implacables carceleros de nuestro presente. Han sido creados para darnos la sensación de continuidad, de camino recorrido, de pertenencia a algo que no siendo nosotros mismos, no forma parte de nosotros. 
Somos vida. Solo eso. Una vida que nace y que muere. Una vida única e irreversible, mientras no se demuestre lo contrario. No hay otra instancia a la que someterse,  no hay otra autoridad a la que apelar fuera de la propia vida. 
¿Entonces, por qué nos negamos a vivir? 
¿Por qué preferimos recrearnos en un pasado que solo es un recuerdo falsificado por la memoria y el interés? 
¿Por qué nos amedrantamos soñando un futuro espantoso o nos sugestionamos anhelando un porvenir halagüeño? 
¿Qué estamos haciendo con el ahora mientras pensamos, recordamos o imaginamos?
¿Vamos a permitir esta continua conspiración contra el presente?
Son las 6,50 de la tarde de un 28 de diciembre y he decidido que  durante un rato quiero vivir en el ahora. Es difícil, pero por lo menos voy a intentarlo. 
Ahí fuera hay muchas cosas para ver, oír y sentir.
Os deseo mucha felicidad con vuestro ahora.

14 diciembre 2011

Rey del Bang!!!

Con tu pañuelo a rayas
ojos visionarios
Y un cóctel explosivo
temblando en los manos
Te has quedado en el 63
con Mao y El Che.
Quimeras gigantescas
en patrias de medio pelo
esmalte revolucionario
catecismo y fuego
Te has quedado en el 63
con Mao y El Che.
Eres el Rey del Bang
nunca podrás cambiar
ajeno a las modas
que vienen y van
porque tú, tú,
eres el Rey del Bang!!!

28 noviembre 2011

Sherlock Holmes desafía al futuro (y III)

Su voz sonó poderosa y autoritaria en la cabina que nos amparaba.
  • Buenas noches, señores. Espero que su viaje al futuro no haya sido demasiado traumático. En realidad fuera de un montón de cachivaches nuevos que seguramente les sorprenderán y algunas cambios en la vestimenta, el alma humana sigue siendo en esencia tal como la dejaron cien años atrás. 
  • Sabe que estamos aquí, Holmes. Corremos serio peligro. Debemos volver a nuestro tiempo inmediatamente. 
  • Tranquilo, Watson, déjele que hable. Indudablemente es de pura cepa germánica, sus rasgos la delatan, pero su voz no deja de recordarme a la admirable y maravillosa Irene Adler
  • En nombre del cielo, Holmes ¿cree que es momento para sus absurdas ensoñaciones? Apriete de una vez esos malditos botones y salgamos de aquí antes de que sea demasiado tarde. 
  • Doctor Watson, no sea impaciente. Ustedes son mis invitados y quiero que se sientan a gusto en este lado del tiempo.
Aquella mujer terrible clavó su mirada en mí mientras pronunciaba aquellas palabras. La sonrisa despreciativa con que las acompañó  atravesó el cristal que nos separaba y penetró en mí cuerpo como un estilete. Nos estaba viendo, nos estaba escuchando. Me sentí a merced de la matrona y de la salvaje jauría de perros carniceros que la rondaban. Mi compañero se removió a mi lado antes de hablar.
  • ¿Señora...?
  • Veo que el viaje no ha afectado a sus dotes deductivas, Mister Holmes, efectivamente soy alemana. Pueden llamarme Frau M. De mi nombre real ya se encargarán los libros de historia.
  • Sospecho que nuestra llegada a este tiempo ha sido a iniciativa suya.
  • Sus sospechas son acertadas, Holmes, no esperaba menos de su mente preclara. El Viajero en el tiempo nunca existió pero si los planos que un amigo científico de Mister Wells diseñó y que sirvieron de pretexto para que el escritor escribiera La máquina del tiempo. Cuando llegaron a nuestro poder aquellos viejos papeles simplemente aplicamos los avances de nuestra eficiente tecnología moderna. Un producto de alta tecnología decorado con un toque funiseculra para poder atraerlos hasta aquí. Bueno la máquina también nos ha sido útil en otros menesteres.
  • ¿Por ejemplo?
  • Por ejemplo, prever el futuro y evitar los peligros que acechan en nuestra travesía. Gracias a ello, hemos podido salvar los escollos  e incluso casi domesticar a estos animales que me acompañan. 
  • ¿De que raza son? Nunca los había visto iguales. Por una lado parecen muy fieros pero veo que bajo sus caricias adquieren cierta mansedumbre.
  • No son perros domesticados, pertenecen a una raza reciente de cánidos. Los markts aparecieron hace pocos años, aunque supongo que su origen es más antiguo. Como otros depredadores son cazadores ocasionales aunque muy agresivos, siempre atacan en jauría. Se nota que les gusta hacer daño, prefieren dejar a sus presas heridas y que se desangren durante cierto tiempo antes de acabar definitivamente con ellas. Lamentablemente le han cogido gusto a la carne humana y por unos pocas victimas de nada, mis contemporáneos los han convertido en chivos expiatorios de la epidemia de mortandad que azota Europa.
  • ¿Hay una epidemia mortal en Europa, Frau M?
  • Sí, Mister Holmes y algunos una vez más nos acusan a nosotros. Los primeros en caer fueron las clases necesitadas, como suele suceder pero luego sorprendente han caído también los dirigentes. Hasta mi buen amigo Nicolás,  empalagoso como nadie pero gran servidor, acaba de sucumbir. Ahora estoy sola en esta Cumbre Europea y me incumbe la ingrata tarea de sustituir a los dirigentes fallecidos. Por supuesto cogeré a gente debidamente vacunada y que sepan tratar a los markts.
  • ¿Y no sería mejor que los eligieran los mismos ciudadanos mediante el voto?
  • La gente ama el poder, pero ama mas su propio pellejo, Mister Holmes. Es un momento excepcional que requiere medidas excepcionales. Quizás todo vuelva todo a la normalidad algún día, mientras tanto tendré que ocuparme de la situación.
  • ¿Y que pintamos nosotros en todo ésto, señora?
  • Doctor Watson, necesito testigos de lo que está pasando para que la historia que se escriba en el futuro no cargue las tintas una vez más contra nosotros.
  • ¿Usted creo que hombres del pasado podrían cambiar la visión de su presente que tendrán los hombre del futuro, Frau M?
  • Por lo menos podrían suavizar las cosas a la gente de su generación y hacer entender mejor  nuestra postura cuando mis antecesores del siglo XX los sometan a terribles conflictos bélicos. En definitiva, que no se hagan mala sangre contra nosotros ya que al final, aunque nos crean derrotados, volveremos a tomar el mando y quizás tengamos menos contemplaciones de las necesarias.
  • Eso suena muy amenazador, Frau M.
  • Es lo que revela el futuro, Holmes. Lamento haberles traído aquí para hacerles partícipes de noticias tan poco halagüeñas para los suyos, pero he de ser honesta ante lo que les espera. ¿Supongo que no querrán salir de la cabina para tomar algo conmigo?
  • No, no, no. Gracias, Frau M, mejor nos vamos. ¿Verdad que sí, Holmes?
  • Auf wiedersehen, caballeros
  • Auf wiedersehen, es usted una mujer admirable. Beso hipotéticamente sus manos a través de este cristal que nos separa.
  • Dios santo, Holmes, huyamos de aquí o me volveré loco.
  • Disculpe los modales de mi compañero, Frau M, le falta perspectiva histórica y visión de futuro.
Le perdoné a Holmes sus últimas palabras. Se lo perdoné todo con tal de salir de aquella abominable pesadilla. Ahora estoy aquí, en el apartamento de mi amigo,  tomando una taza de té preparada por Miss Hudson y aunque le he puesto tres cucharillas de azúcar me sigue sabiendo amargo.

17 noviembre 2011

Sherlock Holmes desafía al futuro (II)

  • Holmes, ¿está seguro de saber manejar este condenado artilugio? 
  • Querido doctor, su desconfianza es casi ofensiva. Abandone de una vez sus prejuicios victorianos y déjese llevar por las voluptuosidades del mundo moderno. 
  • ¿Llama voluptuosidades a esta serie interminable de botones en quintuple hilera o quizás se refiere a ese inmenso ventanal de cristal oscuro que sin duda nos traerá más de un disgusto? 
  • Los botones nos permitirán viajar a nuestro destino y el ventanal nos dejará ver lo que tenemos delante sin correr innecesarios peligros. Según las anotaciones del Viajero solo un bala de cañón de inusitada potencia y disparada desde muy cerca podría destruirlo.
  • El Viajero no es una referencia tranquilizante, Holmes. ¿Cómo fiarse de un hombre que nos recibe embozado en un sótano húmedo y lúgubre como éste?  ¿Qué tiene que ocultar y por qué no ha querido acompañarnos?
  • Es un visionario, Watson. Los hombres como él actúan movidos por extrañas intuiciones nacidas de su desenfreno mental. Si quieren ser fieles a si mismos, deben preservarse de las acechanzas de la realidad manteniéndose al margen del mundo; viviendo una vida propia, anónima y solitaria.
  • Hermosa loa, pero poco convincente; la mayoría de ellos son solo carne de frenopático.  ¿Cuando salimos, Holmes?
  • ¡Ya!
El detective tocó una serie de botones y al momento se oyó un ruido ensordecedor que sonó como un trueno en aquella caja metálica del tamaño de un funicular.  Seguidamente nos envolvió una capa de vapor mientras el aparato empezó a temblar de forma ostensible. Nos agarramos al respaldo de nuestros asientos y aguantamos las sacudidas. Fueron uno segundos interminables. Al acabar sudaba copiosamente y tuve que limpiarme mi cara y frente con un pañuelo. En cambio, Holmes, a mi lado, se mantenía impávido. Con la mirada perdida en el infinito mientras la niebla persistía alrededor de nuestro transbordador. Cuando salió de su ensimismamiento, rompió el silencio con un grito de entusiasmo.
  • ¡Ha sido fantástico. Una experiencia irrepetible. Gloriosa!
  • No se emocione tanto, no sabemos lo que nos podemos encontrar ahí fuera. Mejor amartille su revolver, como estoy haciendo con el mío, a la espera de acontecimientos.
  • Oh Watson, está completamente incapacitado para disfrutar de cualquier emoción que cuestione los rígidos principios morales con los que ha sido educado.
  • No me hable de principios morales. Somos dos seres del pasado indefensos en medio de un desconocido futuro seguramente más peligroso y mortífero que el mundo que hemos dejado detrás.
La niebla se fue disipando y ante nosotros surgió de la nada un paisaje singular. Era un alto recinto abovedado, oscuro por arriba  pero iluminado abajo por potentes focos. Pensé en un gran escenario teatral ocupado en su centro por una enorme mesa llena de papeles y por lo que parecían pequeñas maletas abiertas de las que se desprendía una rara fosforescencia. Había una buena cantidad de asientos alrededor de la mesa pero todos estaban vacíos. Menos uno. Allí se sentaba una mujer rubia de cierta edad, algo obesa y vestida con un extraño traje azul oscuro de aire masculino. A pesar de la distancia, pude ver sus ojos penetrantes cuando los dirigió hacia donde nos encontrábamos. Me estremecí en el asiento.

  • ¿Esta seguro de que no corremos peligro, Holmes? Esa mujer nos mira.
  • Tranquilo, Watson, es imposible, no puede vernos. Además mientras no salgamos de la máquina del tiempo estamos protegidos. Solo estamos provisionalmente en el futuro, parte de nuestro cuerpo todavía está en el otro lado. En definitiva, ocupamos dos espacios físicos simultáneos. Para anclarnos aquí tendríamos que salir fuera de la cabina. 
La mujer siguió con su mirada escrutadora durante un rato. De repente, levantó un brazo e hizo un gesto con los dedos. Algo empezó a moverse por el lado derecho. ¿Qué era aquello?
  • Son perros. Enormes perros de caza, Watson.
  • Pues son muchos y su  tamaño no es menor que  aquel terrorífico con el que tuvimos que lidiar en Baskerville Hall. ¡Dios santo, Holmes, éstos también tienen las fauces llenas de sangre!
Mi amigo se frotó las manos y luego me lanzó una sonrisa provocadora.
  • Por fin llegan las emociones fuertes. Las cosas empiezan a tener buena pinta. ¿No está de acuerdo, Watson?
No, no tenía fuerzas para escaparme de aquella enloquecedora pesadilla.

06 noviembre 2011

Sherlock Holmes desafía al futuro

La jornada había sido especialmente dura. Una vez más la consulta se había llenado de pacientes reales e imaginarios en arbitraria mezcolanza. Eran pocos los que venían por mis cualidades médicas y muchos  los que siendo entusiastas lectores de las peripecias de mi amigo Sherlock Holmes, no tenían reparo en pasarse por enfermos y conocer así a su biógrafo oficial. Algunos ilusos incluso creían, que con un poco de suerte, podrían de buenas a primeras tropezarse en mi despacho con su idealizado héroe.  
Holmes, siempre Holmes. Y sin embargo necesitaba de su lucidez y misantropía para liberarme de mis agobios. 
Era un día ventoso del mes de noviembre y me arrebujé bien dentro del coche. Mientras el landó corría por calles semidesiertas alfombradas de hojas secas, mi imaginación volaba hasta encontrarse con el aromático té de Mrs. Hudson y los leños ardiendo en la chimenea del destartalado aunque acogedor gabinete. Amodorrado, llegué al 221 B de Baker Street y casi di un salto de estupor cuando vi a mi a amigo plantado delante del umbral de su casa.

  • ¡Watson! -me chilló desde la escalinata-. Le estaba esperando. No despida el coche, vamos a necesitarlo.
Tras dar órdenes al cochero, mi excéntrico y agitado amigo se arrellenó en el asiento contiguo. Esperé a que se serenase antes de hacerle la pregunta obvia.
  • ¿A dónde vamos, Holmes?
No se ahorró su habitual sonrisa de suficiencia al contestarme.
  • Al futuro, querido amigo. Al futuro.
  • Holmes, hoy no estoy dispuesto a aguantar ni sus bromas infantiles ni su habitual falta de cortesía. Si no me dice la verdad, procederé a abandonar este vehículo al instante.
  • Querido doctor, no sea tan susceptible. Si le digo que vamos al futuro es que vamos al futuro. Esta mañana he recibido una misiva de alguien del que sin duda habrá ha oído hablar. Me refiero al Viajero a través del Tiempo.
  • ¿Se refiere al individuo que protagoniza la novela de Herb Wells? ¿Aquel que fabricó una máquina capaz de atravesar los siglos con la misma facilidad con que nuestros ferrocarriles atraviesan las yardas? Es un personaje de ficción, Holmes.
  • Nosotros también somos personajes de ficción, Doctor Watson.
  • Pero tenemos más enjundia. Poseemos nombre propio, historial y domicilio conocido.
  • Da igual lo que piense, Doctor. El Viajero ha solicitado nuestra ayuda y el asunto me parece lo suficientemente importante como para tomarlo en consideración. Se lo resumiré en pocas palabras: en una de sus tournées futuristas nuestro hombre ha contemplado un espectáculo que lo ha dejado anonadado.
  • ¿No me diga que ha sido testigo del colapso final?
  • No, no ha llegado tan lejos pero sí ha sido testigo de una hecatombe. Una hecatombe europea europea para ser precisos. Dentro de unos cien años muchos de los países donde ha nacido nuestra civilización caerán en la bancarrota y luego serán espoliados, colonizados y prácticamente esclavizados por las potencias supervivientes.
  • No tiene nada de extraño, Holmes. Ha pasado cientos de veces ¿Cómo creé que se edificó nuestro opulento imperio británico? ¿Por cierto, nuestro país no estará entre los damnificados?
  • No lo sé, Watson, pero me gustaría que abandonase por un momento su estúpida insularidad británica y pasase a tener una perspectiva global de las cosas. Hablo de la vieja Europa devorándose a si misma, no de la India ni de ninguna de esos territorios exóticos y salvajes que nadie conoce. 
  • Los países que llama exóticos y salvajes también tendrán sus derechos, digo yo.
  • No sea ingenuo, Watson, la suerte de Europa es la suerte del mundo en estos primera década del siglo XX y nada indica que las cosas vayan a cambiar en los próximos cien años. Nuestro objetivo es saber que fuerzas siniestras se esconden detrás de esta catástrofe y tratar de impedirla.
Mientras Holmes pronunciaba sus lapidarias palabras, el carruaje llegó a su destino.

19 octubre 2011

El rey justo

Allí, en el reino donde se fabrican los cuentos todo era riqueza y prosperidad. Las factorías reales funcionaban a todo rendimiento elaborando historias de todos los colores, formas y tamaños que eran adquiridas con entusiasmo en franquicias y tiendas especializadas de los más lejanos lugares. Además, magnates sibaritas de todo el orbe gastaban ingentes fortunas encargando historias a medida que ensalzasen sus verdaderos o ficticios logros.
Solo el rey no era feliz. Cuando era príncipe heredero había recibido una exquisita y esmerada educación de grave contenido ético. Palabras como honestidad, rectitud, justicia no eran esas etiquetas de quita y pon que usamos los humanos corrientes para adornar discursos. Al rey se le habían metido muy adentro, las había hecho suyas y estaba dispuesto a ser intransigente en su cumplimiento, empezando por él mismo. Por eso le asaltaban las dudas.

  • Vamos a ver -pensaba, cosa que era capaz de hacer sin ayuda-Si los cuentos nos hablan de buenos y malos, de cómo los malos le hacen la puñeta a los buenos y de cómo al final triunfa la bondad, ¿no sería lógico que yo, rey justo y virtuoso, proceda a exterminar a los malos para facilitarle la vida a los buenos? Ahora bien si hago eso ¿no peligraría el negocio de los cuentos que tantos dividendos proporciona al reino y que ha hecho que el populacho me considere todavía más justo, más grande y más noble de lo que realmente soy? Deberé reunir a mi Consejo Real.
  • Majestad, si a Vuestra Excelencia le place acabar con los malvados, habrá que acabar con los malvados.
  • ¿Y no se resentirá nuestro negocio? En justicia no podemos fabricar cuentos con personajes maliciosos si nosotros hemos suprimido la maldad. Sería un engaño para los compradores- respondió el rey.
  • Como gustéis mejor, Majestad.
  • Lo que me gustaría es que tuvierais opinión propia y no me dijerais sí a todo, carajo.
Como no podía ser de otra manera, prevaleció en el rey el sentido de la justicia y decretó el exterminio de todo bicho malo. En pocos días, aquel tranquilo y próspero reino se convirtió en un lugar tan siniestro que haría temblar de pavor al cruel Ogro Comeniños. Hubo batidas tremebundas que acabaron con los lobos provocando un crecimiento nunca visto de la población de ovejas, cerditos y niñas con caperuza. Se les hizo lobotomías a los zorros para que no fueran tan astutos, lo que originó que quedaran a merced de las vengativas gallinas. Se prohibieron las madrastras por Real Orden lo que originó un aumento considerable de niños huérfanos. Se quemaron en fastuosas hogueras a todas las brujas que no poseyesen o no hubieran renovado el carnet oficial para ejercer las artes mágicas. Fueron envenenados varios miles de gatos negros y como resultado los ratoncitos se comieron la cosecha de los graneros. 
Era espantoso, una locura y las buenas gentes se echaban las manos a la cabeza mientras se rasgaban las vestiduras. 
Finalmente el rey justo se dio cuenta de que algo fallaba. Supo que sus súbditos empezaban a odiarle cuando surgieron los primeros tumultos y aparecieron en las calles pasquines con el dibujo de su silueta cubierta con una diana. Eso no fue todo, la Hacienda Real sufrió un grave quebranto cuando las manufacturas cuentiles "no-maliciosas" se acumularon en los almacenes por falta de demanda. No entendía lo que pasaba y decidió consultar a un famoso sabio desnudo que vivía en un apartamento-tonel debajo mismo del balcón desde donde el rey saludaba a las muchedumbres.
  • ¿Qué esperabas, rey? - le contestó el sabio después de aplastar cuatro pulgas que se habían enseñoreado de su sobaco- Te has cargado a un montón de seres inocentes que llevaban la etiqueta de malos por tradición. Ahora ya no hay malos, ni símbolos, ni tan siquiera metáforas de la maldad. Si no existe la maldad ¿tiene algún sentido la virtud? Y si la virtud tiene aún sentido deberíais empezar por ti mismo: en los cuentos se castiga a los reyes que hacen desgraciados a sus súbditos.
El rey asintió mientras una majestuosa lágrima se derramaba por sus reales mejillas. Por fin había comprendido la lección. Tenía que asumir su filosofía hasta el final. No tenía otra opción.
  • Sabio desnudo, has demostrado ser más justo y tener mayor sentido ético que yo, por eso es de ley que lleves mi corona. Tú dirigirás el reino y yo esconderé mi vergüenza en tu apartamento-tonel.
  • Quite de ahí, Majestad, yo no quiero esos honores.
  • Es lo correcto y lo correcto debe prevalecer sobre cualquier otra consideración. Si no lo aceptas serás ejecutado por atentar contra la Justicia Real.
El sabio dijo que sí porque a pesar de su escepticismo amaba su escueto pellejo. Al hacerlo se convirtió en el primero de una fecunda dinastía que ha gobernado hasta nuestros días. Esa que conocéis todos: la de los Reyes Desnudos.

10 octubre 2011

Seducción en negro

Los que amamos el séptimo arte, por encima de casi todo lo humano y divino, estamos perpetuamente seducidos por las películas de cine negro. 
El de siempre.
Quizás sean esos comienzos que te agarran al cuello de la camisa y no dudan en abofetearte para que despiertes de tu letargo.
(Sin diálogos significativos)

(Doblado al castellano)


O esas escenas que sin artificios gore ni explícitos sadismos contemporáneos, te enfrentan con un lado recóndito y oscuro que quizás no quisieras conocer.
(Sin diálogos significativos)

(En inglés. Para los que les parezca largo, el cogollo es a partir del minuto 2'35)

(Doblado al castellano)

Puede que sean esos finales expiatorios cuando caen las máscaras y la redención llega por sendas contradictorias:
La renuncia al amor en nombre de una dignidad perdida.
(Subtítulos en castellano)

o la renuncia a la vida en nombre del amor.
(En inglés. El cogollo a partir del minuto 2)

Hay muchos caminos para llegar a la Nada.

02 octubre 2011

La vaca que guiña (Kaskarilleira Existencial 14)

Lejos de Kaskarilleira el universo se vislumbra extraño y hostil. Por eso sus aborígenes preferimos quedarnos a cubierto, dentro de nuestro cálido mundo familiar y salir a la intemperie solo cuando se hace estrictamente necesario. 
En aquella mañana del naciente otoño me había arriesgado a cruzar los límites fronterizos de Kaskarilleira y asomarme a ese abismo de  degradación que la circunda más allá del cinturón de autovías. Polígonos industriales, almacenes chinos, puticlubs, chimeneas, vertederos incontrolados y un sin fin de naturalezas muertas. Allí, en medio de un barrizal salpimentado de hierba, pacía inalterable una vaca escuálida, singular resto suburbano de la imponente raza rubia que dominaba el país antes de que el vil metal nos trajese a esos hinchados bóvidos holandeses productores de leche.
La vaca pacía y yo la miraba. 

Yo la miraba mientras ella pacía. 
Finalmente, levantó la cabeza en mi dirección y de forma sorpresiva, me guiñó un ojo.  
Soy consciente de mi natural atractivo, reconocido tanto por tirias como por troyanas, pero me sorprendió el gesto del animal habida cuenta de que mis relaciones con esos cornúpetas nunca han traspasado los límites de la pura cortesía. 
Como además de guapo, soy un aguerrido detective privado, me adentré intrigado en el cochambroso pastizal en pos de la dama. No estaba ni a un metro de la interfecta, cuando la muy furcia giro sobre si misma y se largó parsimoniosamente. En ese momento, di un paso tras ella, perdí el equilibrio y caí hacia abajo. 
Aquella era una trampa miserable. Debajo de la hierba había un enorme agujero que me tragó en un segundo. 
Bajé lo indecible por aquel abismo funesto mientras mi dignidad revoloteaba conmigo, cual vestido de Alicia en similar situación.
Caí de culo sobre un terreno pastoso. Más pringoso que pastoso a decir verdad.
Lo toque y un mejunje blanco me manchó los dedos. 
Parecía merengue. 
Era, sin duda, merengue. 
Estaba sentado sobre una enorme tarta de merengue de varios pisos mientras alrededor unos extraños hombrecillos de color verde levantaban sus escuetos brazos hacia mí. Vestían esmoquin carmesí,  lucían unas inmensas orejas de conejo pero parecían felices.
  • Una vil emboscada-farfullé mientras intentaba deslizar mi mano manchada dentro de la chaqueta para encontrar la cartuchera de mi adorada Magnum.
  • No se precipite en tomar conclusiones, detective Arou. No tiene nada que temer de nosotros. Esta es nuestra forma de darle la bienvenida a Ananía. -el que hablaba era un tipo aparentemente semejante a los otros pero con la peculiaridad de poseer una extraña mata de pelo violeta donde los otros ostentaban el cráneo desnudo. Prosiguió su perorata:
  • Soy Gfunderkaltstesick aunque ustedes los de arriba me suelen llamar Xan das Covas. Así lo hacía el hombre en quien confiamos antes de usted llegase. (Ver Confesións dun superheroe) Pobre muchacho, al final como superhéroe no dio la talla esperada. Era un obseso del trabajo fijo. Prefirió devolvernos la capa, el traje de gaitero y ponerse a estudiar para conseguir un  puesto administrativo en nosequé universidad. ¿De que están hechos los hombres de su generación? ¿Cómo pueden renunciar a la gloria por una miserable seguridad profesional? ¿Es que cuando mueran alguien va a colocar en sus lápidas  "Subjefe del negociado 3º de la Sección de Nóminas. Grupo A"? ¿No tienen sangre en las entrañas? Usted al menos parece tener agallas. 
  • No tengo nada que perder. Todo me parece una mierda.
  • Ahora si que parece una mierda.  Salga de ahí y quítese esa ropa manchada. Pero antes...-calló subitamente, callaron los demás y un silencio ominoso recorrió aquella galería subterránea. Me decidí a romper el silencio:
  • ¿Antes?
  • Sí, antes quiero hacerle una pregunta trascendente y que nos mantiene en la zozobra a todos los habitantes de la Ananía: ¿es cierto que hemos bajado a Segunda? 
  • ¿Se refiere usted al Dep...?
  •  ¿A quién me voy a referir si no?-dijo el enano alterado.
  • Pues sí, estamos en Segunda y aún así, no somos los primeros.
  • ¡Mierda! ¿Qué coño han hecho con el elixir que les metimos en el licorcafé?

21 septiembre 2011

En el Club Diógenes

"Ya sabe que hay en Londres muchos hombres que, unos por timidez y otros por misantropía, no desean la compañía del prójimo, y no obstante se sienten atraídos por unas butacas confortables y por los periódicos del día. Precisamente para conveniencia de éstos se creó el Club Diógenes, que ahora da albergue a los hombres más insociables y menos amantes de clubs de toda la ciudad. A ningún miembro se le permite dar la menor señal de percepción de la presencia de cualquier otro. Excepto en el Salón de Forasteros, no se permite hablar en ninguna circunstancia, y tres faltas en este sentido, si llegan a oídos del comité, exponen al hablador a la pena de expulsión. Mi hermano fue uno de los fundadores, y yo mismo he encontrado allí una atmósfera muy relajante."
  Arthur Conan Doyle, La aventura del intérprete griego, 1893.



13 septiembre 2011

Regreso a Sócrates

Vivimos tiempos duros. Mientras que unos compran su pack de ideas pret-a-porter en la feria del pensamiento antiguo y de ocasión, otros se ahogan con placer lascivo en el piélago de la incertidumbre. Tanto aquellos como éstos, se sienten orgullosos de su condición y quieren difundir su pócima milagrosa -llámese ideología, llámese nihilismo-  entre los que se muestran dubitativos, indiferentes o insumisos.   
Todos tan sabios, tan seguros, tan condescendientes con el diferente pero incapaces de proyectar un pensamiento propio criado y  alimentado con las propias neuronas. Es preferible recurrir  a productos precongelados de fácil cocción, que respondan a los cánones de la moda, la corrección o las afinidades gregarias. 
Hoy más que nunca deberíamos volver la mirada a la desvalida Grecia, tan a punto de ser devorada por la barbarie económica, y fijarnos en  aquel viejo soldado, feo y casi harapiento, que nos enseñó a desconfiar de nuestras certezas. Es necesario que volvamos a plantear las preguntas esenciales que Sócrates, aquel loco ateniense, se atrevió a lanzar a sus conciudadanos sin miedo a ser pisoteado por las convenciones, los prejuicios o el desprecio.
Ante una convención, una pregunta que la anula. 

Ante un prejuicio, otra que lo desmiente. 
Ante un desprecio, otra más que lo hace inofensivo. 
La llamada ironía socrática -del griego eíromai (preguntar) y eironéuomai (disimular)- era una serie interminable de preguntas que reventaban lugares comunes, desvelaban las falacias de supersticiones añejas y eliminaban la maleza que impide el desarrollo del libre pensamiento individual.

Sí, Sócrates debía ser un tipo bastante insoportable. Un verdadero plasta obsesionado con su propia lucidez. Una lucidez  peligrosa porque procedía de una fuerza hasta entonces desconocida: el reconocimiento de la propia debilidad, de la ignorancia. La ignorancia que te hace fuerte porque te permite ir más allá de las apariencias inmediatas a las que te conduce la realidad.

"Solo sé que no sé nada".  Una frase gastada por el uso pero que sigue manteniendo su poder subversivo a poco que nos fijemos. Era subversiva en la Atenas clásica y es subversiva hoy, en estos tiempos de petulancia extrema y pensamientos hegemónicos.
Sócrates era atrevido, arrogante y despiadado. Un tipo implacable dispuesto a hacer estallar por los aires la forma en que sus contemporáneos construían sus convicciones.  Su célebre juicio da prueba de ello.

Consecuente hasta el final, insoportablemente fiel consigo mismo y  con  las leyes que tanto había respetado, no le quedó más remedio que dejarse arrastrar por la misma lógica inexorable que le había llevado hasta allí. Su suicidio inducido, es un final predestinado por su  pensamiento. Jesús, Sócrates, seres que no admiten las contradicciones. Se conviertan en puras ideas  que terminan por destruir al ser real. Es más, el ser real debe morir para que su sangre fertilice y nazcan frutos, aunque sean tan grotescos como la Iglesia Católica.

¿ Cual son los frutos de Sócrates ? Mirar a vuestro alrededor y buscad personas que intenten pensar por si mismas. Ni alienados, ni alineados. Aunque les cueste. Aunque a veces se  contradigan y sean torpes y no sean capaces de liberarse de las trampas del pensamiento acomodado. A pesar de sus fracasos, de sus carencias, de sus contradicciones; el viejo sabio, pelmazo y atrevido, habita en ellos.

26 agosto 2011

Sobre las catedrales para el Yo


El Yo es un gusano frágil, caprichoso y con cierta tendencia a ponerse enfermo de los nervios a la mínima oportunidad que se le presente. Por eso es tan importante darle un albergue adecuado. Un lugar donde pueda sentirse a sus anchas y retozar a su gusto lejos de las pesadas acechanzas del mundanal ruido. No os digo nada que no sepáis: quién más, quién menos ha construido una madriguera para su Yo. 

¿Cuál es el resultado? 
Tal como ocurría con los cerditos, algunos tímoratos de mirada estrecha han decidido construir sus casitas de paja, cartón o madera. No os extrañéis por tanto si veis a muchos yoes desamparados, con su refugio derruido al menor soplo de viento y sobreviviendo en la dura intemperie. Mojados, helados, enfebrecidos, caminan sin rumbo esperando encontrar un lugar de asilo. Inútil búsqueda, no hay refugios para el Yo desvalido. Cada Yo cuida su propia parcela y si mira la del vecino  lo que quiere es comprobar que no va mejor que la suya. Tampoco podemos esperar nada de nuestras autoridades protectoras; ellas siempre han preferido yoes mendicantes y sumisos, yoes claudicantes y enfermizos a los que poder manipular a su antojo.
Ojo, no todos los yoes son iguales. Los hay muy precavidos que construyen pequeños albergues de ladrillo, de piedra pómez e incluso de duro y lujoso marfil. Cualquiera debiera sentirse seguro en tales condiciones pero el humano es voluble e insensato; así a veces, lo que debería  ser un verdadero hogar para el ego se convierte en bunker asfixiante o sepulcro anticipado.

Por último están los narcisistas que lo tienen  más claro: todo es cuestión de tamaño. Por eso huyen de la casetas de perros y edifican enormes catedrales góticas, con inmensos arcos apuntados, espectaculares bóvedas y titánicos arbotantes. Llenan las fachadas con esplendidas esculturas, pináculos acrobáticos y gárgolas terroríficas. Terminada la labor, se sientan a la espera del reconocimiento ajeno.
Muchos melindrosos ni se acercan: "Narcisistas no, por favor" Pero en secreto los envidian. Los vástagos de Narciso se han atrevido a levantar lo que  la mayoría de los humanos molientes ni siquiera podrían haber imaginado. Se lo han currado. Se lo han trabajado a base de años y sacrificios de su vida social. Es lógico que pretendan vuestro elogio y vuestra admiración. Vuestro aplauso ante su obra. Y si a veces ante ellos os sentís instrumentalizados deberíais daros por satisfechos.  Les sois útiles y necesarios al convertiros en un espejo para que puedan verse, un eco para que puedan oírse o una aspirina para que puedan curarse.

20 agosto 2011

Vía crucis verano 2011 (Geografía del dolor)

1ª ESTACIÓN: JESÚS SENTENCIADO A MUERTE
2ª ESTACIÓN: JESÚS CARGADO CON LA CRUZ
3ª ESTACIÓN: JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ
4ª ESTACIÓN: JESÚS ENCUENTRA A SU MADRE
5ª ESTACIÓN: JESÚS ES AYUDADO A LLEVAR LA CRUZ
6ª ESTACIÓN: VERÓNICA LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS
7ª ESTACIÓN: SEGUNDA CAÍDA DE JESÚS

07 agosto 2011

Llamada a la revolución de mañana

  • ¿Son los de la revolución de mañana? ¿Podría hablar con el encargado?¿Qué no tienen encargado porque son asamblearios? Búsqueme entonces al que tenga más pico. ¿Está hablando? Pues dígale que se calle un rato y se ponga.
Aprovecharé la espera para hablar con ustedes. Estarán conmigo en que no hay quien entienda a las revolucionarios modernos. No hay líderes carismáticos ni nadie se hace responsable. A ver, si las cosas salen mal ¿a quién se fusila? Y si salen bien ¿a quién se dedican las estatuas de las plazas? Creo que ya hay alguien al aparato, les dejo.
  •  ¿Oiga, es usted el mandamás de la cosa? Vale, vale no quiero ofenderle amigo, le llamaré portavoz si así lo desea. La cuestión es que quiero participar en la revolución de mañana pero me parece muy precipitado. Sí, si estoy de acuerdo con ella, lo que me molesta es eso de asaltar el Palacio de Invierno a las 8 de la mañana. Debe saber que estoy de vacaciones y no me gusta madrugar estando de vacaciones. Y luego ¿por qué hay que asaltar el Palacio de Invierno si estamos en pleno mes de agosto? ¿No sería más lógico asaltar el de Verano? ¿Qué nos pilla muy lejos y a trasmano? Coño, se alquilan unos autobuses y en paz. ¿No hay dinero? Pues nada, una marchita a la campiña nos vendría bien a todos para templar los ánimos y aprender a cantar juntos los viejos himnos subversivos. Además no se si han reparado en que el Palacio de Invierno está en pleno centro histórico y con las bombas, los tiros y los morterazos, todo aquello va a quedar hecho unos zorros después del asalto. No, no soy hostelero ni barrendero pero me jodería ver mi ciudad en ruinas. Oiga, ¿como se atreve a llamarme contrarrevolucionario por decir lo que pienso? ¡Es usted un faltón! Ya, ya veo lo que nos espera si llegan a gobernar: una dictadura con todas las de la ley. Demagogos. Resentidos. Rufianes ¿Sabe lo que le digo, dictadorzuelo? Ojalá les salga una cagada de revolución. ¡Una  cagada! ¡Habráse visto, no me ha colgado el muy capullo!

24 julio 2011

Un negocio llamado Amy

Escribí en  mayo del 2009  en mi otro blog, Sinfonía Azul una entrada que titulaba: No os cargueis a Amy (Aquí la tenéis). 
Al final lo consiguieron. 
Es tan triste todo. 
Creo, como decía entonces, que Amy Winehouse representaba una de las mejores cosas que le había pasado a la música desde comienzos del milenio. Había más autenticidad en cualquier  estrofa de sus canciones -de la que ella era autora- que en toda la carrera musical de esas cantantes de moda que se pasean de festival en festival susurrando manidos standards de jazz o los viejo éxitos de la bossa nova. Pera ya se sabe, la máquina tenía hambre atrasada y necesita seguir alimentándose periódicamente de cadáveres jóvenes que se atreven a poner a prueba los límites. 
Cadáveres jóvenes asesinados por el éxito, luego descarnados para ser manufacturados como  objetos de culto. Simples globitos para que manejen los niños necesitados de mitos. 
No es nada nuevo, el tráfico de reliquias siempre ha sido un buen negocio. Pero antes requiere un trabajo previo: hay que convertir a la persona en personaje y de personaje en caricatura. 
Resaltar sus carencias. Reírse de su fragilidad. Convertir su  legítima rebeldía en pura excentricidad, en puro frikismo para risas de monologuistas de tv. o portadas de diarios de Rupert Murdoch
No importa quien hay detrás. 
No importa lo que nos estamos perdiendo. Esa voz. Esa calidad musical. Esa calidez  adulterada por la mala vida, el vampirismo de los aprovechados y la infinita perversión de los medios.
Una vida desequilibrada, un marido cretino, un padre ventajista, alcohol, drogas... 
¿Qué más da? Si no hubieran sido esas circunstancias serían otras. 
Amy era un pastel muy apetecible. El cóctel ideal. Y encima tuvo la ocurrencia de morirse con 27 años.
Un chollo, vaya. El negocio perfecto.

11 julio 2011

Pesquisas policiales


  • Diga, Doctor Krapp, ¿es verdad que el 10 de enero del año 2007, publicó una entrada en su blog, Círculo de los Suicidas Perezosos,  donde relataba la extraña historia de amor entre una bibliotecaria homófila y un viejo incunable de gran valor.
  • ¿Homófila? Querrá decir bibliófíla. Sí, es cierto. Puede hacer click y leerlo.
  • No es necesario. Ya lo he hecho, gracias. Precisamente esa lectura es la que le ha traído a esta comisaría. doctor.
  • ¿Me acusan de algo, inspector?
  • No debe preocuparse, es solo un interrogatorio rutinario. Cualquier información puede ser importante para la investigación que tenemos entre manos.
  • ¿Se refiere usted al robo del códice, obviamente? 
  • Obviamente. Cuénteme como llegó  a su conocimiento la historia de la bibliotecaria y el incunable.
  • Lo siento, inspector, pero tengo una ética profesional que me impide revelar mis fuentes.
  • Podemos acusarlo de ser encubridor de un delito o quizás de algo más serio.
  • Dudo de que la bibliotecaria Hilaria esté envuelta en este asunto. El códice estaba en un territorio masculino, o al menos eclesiástico, en el que ella nunca tendría acceso. Además esa mujer ya tiene su amado incunable, no necesitaba más.  Busquen entre los canónigos o entre los investigadores, hay gente muy obsesiva entre ellos.
  • ¿O sea que cabe la posibilidad de un amor obsesivo? Hablemos de ello, Doctor Krapp.
  • ¿Qué quiere que le cuente? No soy especialista en la materia.
  • No es especialista pero se ha permitido reproducir el diálogo ardiente entre una bibliotecaria entregada y un incunable atrevido. ¿Accedió a esa conversación gracias a una grabación oculta? ¿Se lo confeso Hilaria? ¿Ha hablado con el incunable? ¿Dónde viven esos dos?¿Existe la posibilidad de que se haya repetido el mismo caso con el códice? ¿Existen amores compartidos,apasionados y secretos entre los libros y sus cuidadores profesionales?
  • No puedo decirles nada, lo siento. No sé nada de la vida amorosa de códices, incunables o libros de bolsillo.
  • Entonces no me deja otra opción, doctor. Cabo, quítele a este tipo la bata y el espejito y luego enciérrelo en el calabozo hasta que recupere la memoria.

05 julio 2011

Eres ya Superstar


Gentes! Presentís la luz que me guía? Adivináis las fuerzas que han hecho un hombre de mí?
Gentes! Mirad atrás, al pasado escrito en mis huellas, a mi fe balbuceante presa de mi propia libertad.
Gentes! Y la noche gris amaneció azul y brilló una luz, quebró mis cadenas y desató la lucha.
Libera tu corazón, libera tu alma, libera tu mente.
Libera tu pie, libera tu mano, libera tu gente.
Libérate del que eclipsa la luz que te guía.
Libérate de tu cobardía.
Libérate de tí mismo, escupe tu miedo errante.
Libera tus ojos, ciegos de falsa fe y sigue camino adelante!


Cuanto más te miro menos puedo entender
Porque has dicho no a lo que supiste emprender
Hubieras podido realizar nuestros sueños
¿Cómo no viniste en otro tiempo y lugar?
Hoy con tantos medios de comunicación
Hubieras podido levantar una nación

                                (...)
Dime lo que piensas de los que como tú
Se sacrificaron para la multitud
Buda y Mahoma y todos los profetas
Quedaron o pasaron cual fugaces cometas
Todo lo sabías, te dejaste matar
Eras el Mesías y eres ya Superstar

30 junio 2011

Sexo tímido (Kaskarilleira Existencial 13)

"Pobre sexo, todos hablan de él pero nadie lo ama. Es como ese célebre Manneken Pis de Bruselas al que se viste en las ceremonias con los uniformes de los  más diversos gremios y asociaciones. Todos quieren llevarse el muñequito a su terreno y ponerle su disfraz encima como un símbolo de pertenencia. No quieren verle desnudo. 
Es mejor hablar de sexo, farfullar, lanzar al viento las cuatro frases consabidas para alabarlo o menospreciarlo, para mitificarlo o rebajarlo. Pero el sexo real es muy tímido, y no le gusta que lo soben de esa manera. No quiere convertirse  en mera cháchara divagatoria en boca de charlatanes, necesitados o calenturientos. Huye de tanta fama innecesaria ya que sabe que lo desvirtúa y lo empequeñece. Se refugia en rincones secretos, lejos del  afanoso ruido, del  banal bullicio y de las convenciones al uso. 
Todo el mundo habla de sexo. Todo el mundo glorifica el sexo o lo denigra. Mero sexo verbal. Mero sexo vocal. Lo que no sale por la boca, no tiene sustancia propia. ¿Es esa verbalización de la sexualidad culpable del actual esplendor del sexo oral? No es cuestión de ponerse ordinario o grosero, pero  es obvio que ahora más que nunca prolifera el sexo bucal en los medios en los que se representan escenas eróticas. Nada nuevo bajo el sol. En los poemas latinos, en los frescos pompeyanos, en el omnipresente Kamasutra ...el sexo oral era una práctica nunca soslayada pero sin obtener el prestigio y la  trascendencia que ha alcanzado en la actualidad.
No es un tema baladí, amigos.  Vivimos en una sociedad fellatiocrática y yo voy a demostrarlo ahora"
El conferenciante, despreciando el vaso vacío, agarró el botellín de agua mineral y bebió un largo trago por el gollete. Luego se limpio su gruesa boca con un pañuelo de papel y se dispuso a proseguir su disertación. 
No le dí ocasión de hacerlo.

22 junio 2011

Los dioses olvidados

  • Dioses, diosas, padres, hermanos, primos, parientes olímpicos en general. Me he permitido solicitar la convocatoria de este Concilio ante la situación de nuestro amado pueblo griego, a punto de ser sacrificado como una res por los sicarios de Hermes, el de los pies alados.
  • Mientes como una bellaca, Atenea. Amas tanto a los griegos que te has dejado de engatusar por los cantos de las Erinias siempre deseosas de venganza, de sangre y de muerte. ¿Qué puedo tener que ver yo con esos perros que quieren arrancar a dentelladas el cuerpo marchito de la vieja Hélade?
  • Tú eres el dios del comercio y de los ladrones. El gran confabulador. El mentiroso.
  • Yo soy el dios del comercio, no del espolio. Soy el dios de la astucia y no de la mentira odiosa y descarnada. No tengo nada que ver con estos viles mortales que huérfanos de toda moral sacrifican la salud y el futuro de los humanos menos favorecidos. Pregúntale más bien a Pluto, dios del inframundo. Seguro que estos súcubos proceden de sus infernales dominios.
  • ¡Basta! Los reproches entre los dioses no resolverán esta situación crítica. Lo cierto es que tampoco les debemos mucho a esos miserables mortales. Nos han olvidado. Nos han humillado convirtiéndonos en mitología y folklore. Ya nadie cree en nosotros.
  • Bueno en mi sí que creen, amado Zeus.
  • Este es un tema serio, creo que no es momento para tus caprichosas picardías, Afrodita.
  • Ah, entonces me callo.
  • Mejor así. El hecho es que apenas podemos hacer nada, el Dios Único es poderoso y terrible y nos tiene confinados en este lugar olvidado.
  • Padre Zeus, tú venciste a los Titanes quizás haya llegado el momento de luchar contra el Dios Único.
  • Ares, tu instinto guerrero te hace perder el sentido de la realidad. Los humanos lo han hecho omnipotente, poderoso y eterno. Mientras lo consideren así no podremos enfrentarnos a él.
  • Muchos de los humanos actuales tampoco creen en el Dios Único. Es más lo han sustituido por algo que llaman ciencia, razón o conocimiento. 
  • Es cierto, Apolo y tú como conocedor de esos temas quizás puedas orientarnos sobre lo que podemos hacer.
  • Creo, Padre Zeus, que si queremos ayudar a los helenos debemos sortear al Dios Único, nuestro férreo guardián, y acercarnos a los humanos. Entenderlos, comprender sus problemas y necesidades, ser parte de ellos..
  • No hay tiempo, Apolo. Los buitres se están abalanzando sobre la indefensa presa.
  • Tú seduciste a Europa disfrazado de toro cuando era una simple mujer fenicia. Hazlo de nuevo, padre y salva a los griegos.
  • Europa ya no es la dulce dama que conocí. Prefiere los arrullos de sus nuevos pretendientes que hacen con ella lo que quieren. Ahora está en manos de los bárbaros del norte y vigilada por esas gorgonas insaciables de nombres extraños: Troika, FMI, BCE.
  • Padre Zeus, los hombres están sometidos a la apatía, un daimon perverso depositado en el ánfora de Pandora. Es un espíritu muy maligno que se ha hecho poderoso siglo a siglo  alimentandose de resignación y conformismo. Solo un antídoto posible quedó dentro del ánfora cuando la doncella curiosa esparció el contenido. Ya va siendo hora de que pongamos remedio. Hagamos que una lluvia de esperanza fecunde las áridas tierras griegas donde durante siglos fuimos adorados y amados. Ni el Dios Único podrá impedirlo.
  • Hablas como solo tu sabiduría podría hacerte hablar, Atenea, siempre dadora de buenos consejos. Cuentas con mi bendición para crear esa lluvia sagrada y si es necesario, partirá con ella mi rayo.
  • Un momento.
  • ¿Qué quieres, Apolo?
  • ¿No sería mejor que creemos cuentas en  las redes sociales de Internet e iniciemos desde allí una protesta en condiciones?
  • Eres el dios de la luz y la claridad pero desconozco de que hablas aunque tengo la sospecha de que lo que propones no concuerda  con nuestra dignidad ancestral. Somos dioses antiguos y olvidados pero seguimos siendo dioses, al fin y al cabo.

13 junio 2011

El lote de la Frau

  • Quierro cambiarr el lote
  • Pero Frau, ya lo tenemos embalado para que se lo pueda llevar.
  • Quierro cambiarlo. ¡Ich sagte!,
  • ¿Y que hacemos con las islas griegas? ¿Qué hacemos con Donoussa y Kufonisia en las Pequeñas Cícladas y con Spetses y el islote de Spetsopoula en las Sarónicas?
  • No las necesito, mis compatrriotas hace tiempo que se apoderraron de ellas grracias al turismo. Quierro otra cosa: quierro a los Niños del Pireo.
  • ¿A todos?
  • ¡Nien! Solo a los que bailen el sertaki y sean mayorres de edad, aún estamos por valorarr la viabilidad del trabajo infantil. Los Niños del Pireo animarán la prroductividad de nuestrros trabajadorres inmigrantes.
  • ¿ Y respecto a los irlandeses?
  • ¿Parra que querremos los caladerros del Gran Sol?. A nosotros solo nos gusta la carrrne. La carrne en sus múltiples forrmas. Solo algunos marriquitas prefieren el arenque o el salmón. En su lugar que nos envíen la colección completa de sus canciones de taberrna  que darrrán mucho juego en nuestras inigualables brauereien.
  • Entiendo que tampoco le interesan las bodegas de Oporto.
  • ¡Nien! Ya tenemos bebida suficiente en nuestro inmensa patria. En cambio nos falta la saudade, la melancolía, el lagrrrimeo tonto. Somos demasiado rraciioanales para esa clase de emociones. Envíennos una rremesa de cantantes de fado, todo lo que haya por Lisboa y alrrededores.

  • Queda España. ¿No quiere a los ingenieros, a los arquitectos, a los científicos del I+D, a los médicos?  Allí no tienen sitio.
  •  Pues que los metan en sus torrtillas y se los coman con kartoffel. Das ist Scheiße. A mi de Spanien lo que me gustan son los admirrrables suspirros de sus gentes. Mándeme los suspiros de España. ¡Ich liebe sie jetz!

06 junio 2011

El canto de los suicidas

He luchado contra la tentación pero al final he caído. La verdad es que sabía desde el principio que era una batalla perdida. Tengo un blog musical y otro,  éste, cuyo título es suficientemente expresivo.
 Era inevitable: música + suicidio= Gloomy Sunday.

Es conocida la leyenda que circula alrededor de esta legendaria canción. Podríamos imaginar una escena algo teatral y con toques decadentes.

Se abre el telón y estamos en un café de Budapest en el duro período de entreguerras, por lo tanto podrían sonar los violines. En su lugar oímos el sonido de la pluma del joven compositor Rezso Seress trazando febrilmente unas notas sobre una partitura titulada Szomorú Vasárnap. Se siente mal e intenta olvidar. Intenta olvidar a la mujer que se ha marchado dejando, como única huella de su paso dos palabras escritas en una servilleta de papel: domingo triste. Pronto sabrá que aquella a que amó, decidió quitarse la vida tras abandonarlo.

Todo lo anterior es  pura fantasía, pero de fantasía se alimentan las mejores leyendas. Posiblemente Szomorú Vasárnap se compuso en París pero la ciudad luz ya tiene su Vallejo, su jueves y su aguacero. La letra no es de Rezso Seress por entonces un maduro cuarentón. La escribió el poeta Laszlo Javor reviviendo quizás alguna experiencia personal. Una canción triste para un país triste en un período especialmente triste. Hungría era y es uno de los países con mayor tasa de suicidios del mundo. Éxito asegurado. Durante tres años la canción pasará desapercibida, pero entonces un rumor se extenderá por toda Europa: las almas sensibles con males de amor pueden sentir un impulso irrefrenable hacia el suicidio después de oír el tema. Se decía que en 1936 la epidemia sonora ya se había llevado por delante a 17 personas. Pepinos españoles y canciones húngaras tienen algo en común.
Los señores de la industria musical, ya entonces muy espabilados, vieron un filón en aquel tema que tradujeron al inglés subtitulándola "Canción húngara del suicidio" . Una primera versión de los treinta es del cantante afroamericano Paul Robeson y posteriormente la definitiva, la que ha pasado a la posterioridad, la de la gran Billie Holiday de 1941.

Con el éxito de la cantante, la leyenda siguió creciendo y con la leyenda las supuestas muertes. Musicalmente hay decenas de versiones de Gloomy Sunday; ha aparecido en muchas películas e incluso ha sido argumento para otras, como la del segundo vídeo de esta entrada, la alemana Gloomy Sunday - Ein Lied von Liebe und Tod y la reciente española, La Caja Kovak de Daniel Monzón.
  El colofón a este marketing mortuorio la puso el propio autor, Rezso Seress, cuando se suicidó en 1968. Había sido un hombre desafortunado. Decidió quedarse en Hungría, a pesar de sus suculentos derechos de autor; sobrevivió al Holocausto -fue condenado a trabajos forzados en Ucrania- y lo pasó mal con el régimen comunista posterior que siempre lo vio como un hombre sospechoso por sus contactos con Occidente. Lo que sabemos solo es biografía e historia y muchos querrán seguir pensando que se vio arrastrado por la maldición de Gloomy Sunday. Puede.

31 mayo 2011

Sobre la necesidad de los héroes

Héroes. ¿Creéis que los necesitamos? Para Thomas Carlyle (1775-1881) la historia de la humanidad está definida por sus héroes. Héroes que la modifican, la transforman y la hacen avanzar. Desde su versión romántica del mundo el hombre singular y extraordinario es un mediador entre dioses y humanos comunes, el pivote sobre el que se asienta y se proyecta la civilización. Hombre de ideología liberal, Carlyle es para algunos un precursor del socialismo mientras que para otros su pensamiento alienta la creencia en una raza aparte de seres providenciales y por lo tanto es una premonición del fascismo. Sea lo que sea, algunas de sus frases lubricaron la beatificación laica contemporánea: 
"La corona de la verdadera nobleza es una corona de espinas"

"A menudo los grandes son desconocidos o peor, mal conocidos"

"La verdadera libertad del hombre consiste en que halle el camino recto y en que ande por él sin vacilaciones"

"Aquél que tiene fe no está nunca solo"

"La educación y la cortesía abren todas las puertas"

16 mayo 2011

Furia necesaria (Geografía del dolor)

El 17 de Mayo es el Día das Letras Galegas,  jornada festiva por estos pagos con el que se pretende reivindicar la literatura y la lengua de este extravagante país en el que habito.

"Lengua proletaria de mi pueblo, la hablo porque sí, porque me gusta, porque se me antoja y quiero y me da la gana; porque me sale desde adentro, allá del fondo de una tristeza ácida que me rodea al ver tantos patufos descastados, pequeños mequetrefes sin raíces que al ponerse la corbata ya no saben afirmarse en el amor de sus antepasados..."
Este tema rapeado es parte de un maravilloso libro de poemas titulado
Longa noite de pedra escrito por Celso Emilio Ferreiro en 1962. Para mí se trata del más extraordinario poemario escrito en gallego en los últimos 50 años. Para quien quiera leerlo, éste es el texto completo de Deitado frente ao mar.
El idioma gallego nunca lo ha tenido fácil. Aquí no hubo una burguesía autóctona con necesidades hegemónicas y deseosa de encontrar elementos distintivos con los que hacer bandera. En su lugar hemos tenido que soportar a una tropa de leguleyos, funcionarios, militares, maestros y clérigos venidos de fuera e insensibles a la mentalidad del país. Tan insensibles que no tuvieron reparos en esquilmar nuestros topónimos o castellanizar nuestros apellidos. Un destrozo, unha desfeita como decimos por aquí, que para algunos tuvo unos comienzos míticos con un supuesto decreto de los Reyes Católicos titulado "Doma y castración del Reino de Galicia". 
Sea verdad o leyenda,  aquella hermosa lengua sufrió lo indecible para sobrevivir y lo hizo a través de las canciones populares y del habla común de sus gentes. Llegó Rosalía de Castro y con su fouce -hoz- en la mano fue despejando el camino que otros  allanaron después.  El Día das Letras Galegas conmemora la fecha de publicación de Cantares Gallegos, aquella obra singular que su marido, el intelectual galleguista Manuel Murguía, ayudó a publicar sin que ella tuviera conocimiento.

Desde 1963 se celebra el Día das Letras Gallegas y la democracia la convirtió en fiesta oficial. Conciertos, recitales, lecturas públicas, biografías, trabajos escolares y toda la parafernalia con el que suelen despachar estos asuntos en los que se ha homenajeado tanto a grandes autores como a "pelucones" mediocres de obra insignificante. Autores ya fallecidos al menos diez años antes. En este 2011 ha habido una pequeña revolución cuando la Real Academia Galega decidió dedicar el día a Lois Pereiro, un poeta de vanguardia, punkie, cosmopolita, penetrante, marginal, con esa carga dolorosa que da saber que estás herido de muerte y tienes los días contados.
Saber que está un á morte
e o corpo é unha paisaxe de batalla:
unha carnicería no cerebro.
¿Permitirías ti, amor deserto,
que nesta fevre penitente abrise
a derradeira porta e a pechase
detrás miña, sonámbulo e impasible,
ou porías o pé.

Lois Pereiro falleció con 38 años en 1996 a causa del SIDA y de complicaciones derivadas de la intoxicación por el aceite de colza desnaturalizado. Su obra más conocida,  publicada el año anterior a su muerte, se titula Poesía última de amor e enfermidade.
Este poema quiso que fuera epitafio sobre su tumba en la pequeña población de Santa Cristina del Viso (Lugo):
Cuspídeme enriba cando pasedes por diante do lugar onde eu repouse. enviándome unha húmida mensaxe de vida e de furia necesaria.
(Escupidme encima cuando paséis por delante del lugar donde yo repose, enviándome un húmedo mensaje de vida y de furia necesaria)